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lunes, 25 noviembre, 2024

Casa El Pinar| Yucatán en rosa

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Existen 5,057 m2 de historias en la casa El Pinar en Mérida que esperan ser contadas.

Una antigua casona que suscita la intriga, desconfianza y miedo tras sus muros rosa pastel. Su reciente anuncio de venta, despertó la curiosidad y seducción del edificio. Conócela.

La casa el Pinar se encuentra en el casco histórico de la ciudad. Una zona conveniente para los edificios soberbios que esperan la mirada de curiosos y turistas. 

La Colón es una de las avenida más antiguas de Mérida, en ella se encuentran antiguas casonas y edificios que tiñen a la calle 60 de una nostalgia color rosa… 

Ahí, en la calle 60 a la altura de la Colón se mantiene enhiesta desde aproximadamente 1915 la casa El Pinar. 

Como la pintura opaca de un viejo artista, durante décadas la casa El Pinar se mantuvo abandonada, despertando el interés de los transeúntes, lugareños y turistas sobre la identidad del dueño.

La casa ofrecía un espectáculo para todo el que pasaba; era imposible ignorar su arquitectura de renacentismo francés, el color rosa solitario que escupía las paredes y el extraño soplo entre las rejas que protegen la casa.

La terrorífica historia de amor y abandono en la casa El Pinar

Por supuesto que existe una historia de amor, locura y muerte detrás de una edificación que es reflejo de la riqueza y producción del henequén en Yucatán.  

Según la historia de la casa, el Pinar era el acceso al antiguo pueblo de Itzimná durante el auge del oro verde. Lo cual la coloca como una de las mansiones henequeneras de la antigua Mérida más representativas.

Cuenta la leyenda que en aquel palacio un joven matrimonio portugués vivió extraños antontecimientos que marcaron profundamente la esencial de la casona.

el pinar merida
El pinar 1915 | Te recomendamos: Sillas confidentes, una leyenda de amor.

A pesar de tener menos de 50 años el suceso, poco se sabe de la vida de la pareja más allá de la historia y fama que la casa ha ganado.

Cuentan los ojos de la ciudad que para el año de 1985 comenzó la tragedia de la casona el Pinar, cuando la mujer fue mordida con un murciélago causándole rabia.

Recordemos que la rabia, enfermedad también conocida como hidrofobia y transmitida por perros, murciélagos, zorros, etc., causa en el humano síntomas físicos y mentales.

La salivación, irritabilidad y alucinaciones, son las más icónicas de la hidrofobia.

Para el año de 1985 ya existía vacuna contra la rabia, sin embargo el porcentaje de recuperación era bajo en comparación con los tratamientos actuales.

El esposo desesperado y tras agotar su esperanza en la ciencia, le confió a la casa El Pinar la vida de su amada esposa.

Así fue como la encerró en una de las habitaciones de la mansión, dejando que la casa sea el infierno vivo de la mujer que solía llamar “esposa”.

La muerte de la mujer fue un proceso largo que solo lo podrían contar las paredes que ya no están del palacio.

Gritos de angustia se estrellaban en los oídos de los vecinos más cercanos. Era una época donde los rumores llegaban más rápido que la luz y en poco tiempo, toda la ciudad fue un testigo silencioso.

Tras el alivio de la muerte, el viudo abandona la casa el Pinar y la ciudad de Mérida. Se ignora el destino del hombre, pero es seguro que ningún exilio fue suficiente para olvidar los gritos de horror que repetía la casa.

La restauración es una tregua con el tiempo

Dentro de la historia de las casonas en Mérida, la casa el Pinar es una de las más misteriosas debido a la escasa información y a los estragos del abandono.

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Según la Biblioteca Yucatense a través de Mérida en la Historia la casa El pinar perteneció a Miguel Peón Casares en 1906.

No obstante, en la página oficial del sitio el año de su construcción está fechado en 1915.

Otras fuentes especulan que fue Humberto Perón el dueño de la casa el Pinar, y el hombre que la mantuvo en total olvido hasta ser adquirida por Aberto Bulnes Guedea.

Bulnes Guedea se dio a la tarea de restaurar el alma de la antigua casona y curó los detalles y recovecos de la casa hasta regresarla a la vida.

Finalmente, la propiedad fue vendida a la familia Molina. José Trinidad Molina y su esposa lograron darle la esencia de hogar que tantos años suplicó la mansión de color rosa, sobre la mítica calle 60.

casa el pinar
Casa el Pinar Mérida abre sus puertas. Titular de Novedades Yucatán.

Una nueva esperanza para la casa El Pinar

Recientemente la casa El Pinar abrió sus puertas al público satisfaciendo la curiosidad de miles de yucatecos y turistas que aguardaron años para conocer sus cimientos más íntimos.

En las visitas guiadas que puedes agendar a través de su sitio web, encontrarás cada una de las habitaciones de la casa amuebladas a detalle según los lujos europeos de la vida en Yucatán.

Si quieres rematar tu asombro por la casa, consulta aquí el breve y maravilloso tour virtual.

Los colores en Yucatán son parte del lenguaje del espacio para comunicarse con nosotros. Yucatán en rosa puede ser una salinera en Las Coloradas y también una casa llena de fantasmas como la casa el Pinar.

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